La vitrificación es la revolucionaria técnica de criopreservación que cambió la reproducción asistida.
En una sociedad con un ritmo sin pausa, la vitrificación ofrece posibilidades para adaptar nuestras decisiones vitales a la edad de nuestro cuerpo y así poder retrasar la maternidad.
En la última década, la edad en que las mujeres se convierten en madres por primera vez está más cerca de los 40 que de los 30. El cambio social experimentado en los últimos años ha generado un retraso notable en la maternidad.
Motivos para retrasar la maternidad
Los motivos pueden ser muchos y variados, pero principalmente hay dos factores fundamentales: la falta de estabilidad, tanto económica/laboral como sentimental. El empoderamiento de la mujer que busca consolidarse en su trabajo, dando preferencia a ello en detrimento de sus proyectos personales como puede ser el tener un hijo; o bien la falta de una pareja estable con quien establecer dicho vínculo.
Los motivos oncológicos son otra de las causas por las que las mujeres que van a recibir tratamiento deben retrasar su deseo de ser madre.
Vitrificación y retraso de la maternidad
España es, según la Sociedad Española de Fertilidad (SEF) el segundo país de Europa que más ha retrasado la maternidad. Esta se ha retrasado más allá de los 40, situándose por detrás de Italia.
No obstante, el reloj biológico condiciona ese retraso. Según los especialistas, la mejor edad reproductiva de una mujer se encuentra entre los 20 y los 30 años. A partir de esta edad, la reserva ovárica y la fertilidad van decayendo de forma exponencial a medida que van pasando los años.
Al temor de no alcanzar el objetivo de ser madre, todas estas mujeres encuentran en las técnicas de reproducción asistida y, en concreto, en la vitrificación de óvulos, un aliado perfecto para lograr esa anhelada maternidad a una edad más tardía, con independencia del motivo que les lleve a ello. Preservar la fertilidad les permite decidir en qué momento convertirse en madres, y lo que es más importante, poder serlo con sus propios óvulos.
Preservación de la fertilidad
Para anticiparse y prevenir esta cuestión es conveniente conocer la reserva ovárica. Cada mujer nace con un número finito de óvulos. En la niñez llegan a alcanzar el millón de células, sin embargo, al alcanzar la adolescencia esta cifra cae hasta los 300.000 óvulos, que se van perdiendo poco a poco con la menstruación.
A la edad reproductiva, se le suma la reserva ovárica como puntos clave a tener en cuenta para la época en que la mujer decide ser madre. Una analítica hormonal, (conocida como Test hormona Antimulleriana), y una ecografía que recuente los folículos determinará el estado reproductivo de la mujer. Además de las posibilidades de éxito en los tratamientos de estimulación ovárica previa a la vitrificación de óvulos.
Dicho tratamiento consiste en obtener y conservar los óvulos de la mujer, previamente estimulados, para su uso futuro. Poder decidir el momento adecuado de convertirse en madre es posible gracias a la técnica de la vitrificación. Se trata de una técnica que revolucionó el sector hace poco más de una década, al permitir la congelación de ovocitos y embriones con nitrógeno líquido. La congelación en nitrógeno impide la creación de cristales de hielo que acabarían con la vida de las células. Una vez desvitrificados, los especímenes no solo están vivos, también conservan la calidad que tenían en el momento en que los criopreservaron.
Diferencia entre vitrificación y congelación lenta
Kitazato, empresa de referencia a nivel mundial en investigación, desarrollo y manufactura de productos médicos y biotecnológicos para la reproducción humana. Contribuyó a ese salto cualitativo en materia reproductiva y facilitó el paso de la congelación lenta de óvulos a la vitrificación de óvulos.
La diferencia entre ambas radica en que, con la congelación lenta, ovocitos y embriones alcanzaban los -196º de manera gradual y con el uso de una máquina que previamente los había llevado hasta -30º. Se trataba de un proceso largo, de más de dos horas, que arrojaba unas pobres tasas de supervivencia y resultados clínicos. El Método Cryotop® de Kitazato llegó para subsanar todas estas desventajas que lastraban el desarrollo de la criopreservación. Su rápido crecimiento a nivel mundial sirvió para asentar la Vitrificación como el estándar para la congelación de ovocitos y embriones.
Una década después, más de 2.200 centros de reproducción asistida de más de 90 países han adoptado el revolucionario método de Kitazato. Este ha permitido obtener resultados excelentes en millones de casos clínicos de criopreservación. Sus excelentes resultados han contribuido a traer miles de bebés sanos al mundo en la última década. Haciendo realidad el sueño de muchas mujeres de convertirse en madres, con independencia de su edad.